lunes, 13 de diciembre de 2010

A un gran tipo.

La vida no siempre discurre por los caminos previstos, ni por donde hubiesemos imaginado y casi nunca por donde nos gustaría.

La vida no entiende de favores, de ruegos ni de ninguna de nuestras cosas mundanas o deseos íntimos, nada nos cuenta ni nos escucha, simplemente sigue adelante sin mirar a los lados ni, por supuesto, sin mirar atrás. Nada sabe de lo que motiva ni de lo que frustra a quién la acompaña.

La vida, a veces, como dijo Serrat, "te besa en la boca", y otras "rompe el hechizo", y es asunto nuestro tratar de entender y aprender cuando te dá la ocasión, algunos nunca tienen oportunidad o las circunstancias no le permiten verla, a veces las lágrimas no te permiten ver las estrellas, como rezan muchas frases bien sabidas, pero a veces sucede que esas lágrimas si te permiten ver esas maravillosas estrellas, que los árboles si te permiten ver el bosque, a veces la vida te permite conocer a gente maravillosa, y yo fuí un elegido, o al menos uno de ellos.

De cuando en cuando nace entre nosotros alguien distinto, alguien capaz de entender aquello que le rodea, capaz de la piedad y la enseñanza en los momentos malos, capaz de no quejarse en el dolor mientras otros sufren, capaz de encontrar la palabra adecuada por encima de la que le conviene, capaz de esforzarse aún mas para que otros puedan tener un momento de respiro, capaz, si es necesario, de invitar a la muerte a una copa, para que no sienta desprecio por su propio trabajo.

Hace mucho tiempo tuve la suerte de conocer a alguien de esa casta, alguien que luego supe que, si bien podía no estar por encima del bien y del mal, si estaba, por integridad, actitud y pruebas visibles en el día a día, muy por encima de todos nosotros, alguien de quien aprendí a tener mi propia opinión, a luchar por ella, pero que los demás podían tener una distinta que merecía, no solo todos los respetos - que es algo que todos sabemos - sino que merecía toda la ayuda posible para que también fuera libre para luchar por ella, y el hecho de que fuera o no de tu misma opinión no era importante.

Ayer perdí un gran amigo, quizás de esos que solo puedes llegas a conocer a dos o tres, y es verdad que solo unos pocos perdimos una persona difícil de igualar, pero esta verdad, estoy seguro, se sostiene porque, por desgracia, la mayoría de vosotros no tuvisteis "el privilegio" de conocerle.

Decir que hoy es un día triste para mi sería resumirlo simplemente en un tópico, con lo que prefiero usar sus enseñanzas para decirle: "Hoy, con todo nuestro dolor, otros tomamos tu relevo y perpetuaremos tu clase y saber estar hasta donde lleguemos".

Al gran tipo que fué mi suegro.

Vivi.