jueves, 15 de marzo de 2007

De cumpleaños

Y llegó el día, el deseado para ellos, los "locos bajitos", aunque realmente todos locos y solo algunos bajitos... en estos días las cosas no son como antes.
A pesar de la experiencia del año pasado, decidimos celebrarlo nuevamente en casa, y una vez mas acabamos repitiendo aquello de "nunca más"... ya veremos, pues estuvo bien.

La primera duda era donde y como celebrarlo y mi mujer estuvo sembrada en ese tema y como tiene muchos amigos, se fue a hablar con uno de ellos para pedirle prestada su casa y costumbres, su amigo se llama Manitou. Si, a estas alturas ya habréis adivinado que la fiesta fue en un poblado indio, ¡Mola!, ¿no?.

Estos indios tienen unas costumbres muy raras pero unos juegos muy divertidos.

Después de una sentada para merendar alrededor del totem central de la tribu, empezó la fiesta en sí:

- Indio ciego, donde el indio que toque debe localizar a los demás con los ojos vendados...
- Pista de cocodrilos, donde los pequeños indios debían atravesar el gélido río saltando de cocodrilo en cocodrilo para llegar al poblado sanos y salvos.
- Una vez todos a salvo en el poblado, debían pintar en un mural aquellas llamativas y peligrosas aventuras que habían corrido por el camino.
- Cuando ya habían pintado para la posteridad sus vivencias, debían localizar una serie de objetos que los indios habían perdido en un mar de globos y llevarlos a un segundo mural de las cosas perdidas, para ello debían destruir mas de 200 globos que trataban de esconder dichos objetos.
- Para finalizar con los juegos realizaron una demostración de puntería en una diana puesta para tal fin en el terreno del poblado. (casi le dan)


Terminados los juegos y demostraciones, los indios disponían todavía de un tiempo para el descanso, los cuentos y aquellas canciones que motivaban su creatividad (amplia por cierto) y los llevaba por los terrenos de la amistad y el compañerismo, y que fue un rotundo exito de afluencia, originalidad y expresividad. (como corresponde a la edad)



Frase.
Lo que realmente separa la realidad de la fantasía es la estupidez de la realidad.


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